Leo lo siguiente en una columna llamada
Confidencias
Pop de la web de El Confidencial:
«En CT o la Cultura de la Transición (Ed. Debolsillo) el periodista Víctor Lenore escribe que "los madrileños Camela, rumba multiplatino, fueron ninguneados durante años por la prensa y por la industria seguramente porque sus discos reflejaban una España poco fashion, cool y europea". Camela serían, pues, un buen ejemplo de cómo la cultura más popular está siendo despreciada por los medios de masas.»
Sin embargo, allí dónde todavía
sobrevivan espacios televisivos de «variedades», su audiencia tendrá una opinión distinta. Por ejemplo, en un programa de la
televisión autonómica gallega como Luar, posiblemente uno de los
cantantes más apreciados haya sido El Fary. Actualmente artistas
como Camela o Pimpinela podrían liderar el ranking de número
de apariciones, y es algo a tener en cuenta en un análisis como el
del artículo citado, ya que se trata de un espacio que lleva veinte
años en antena liderando la cota de pantalla de la noche de los
viernes en Galicia, es decir, un auténtico fenómeno de masas.
Pero esto no es algo exclusivo de los
canales autonómicos. Hace unos días vi una entrevista a Dioni -
integrante de Camela - en el programa de
María Teresa Campos, que podrá ser considerada cualquier cosa menos
una presentadora que hace televisión para minorías. Más ejemplos: en medios
masivos como la emisora Los 40, la presencia de artistas como Camela
no creo que pueda ser considerada como testimonial; eso por no hablar de Radio Teletaxi -
acabo de abrir su web y me topo con Estopa, El Barrio, Isabel Pantoja
y Pablo Alborán –, cuyo festival homónimo, que se celebra hoy en Isla
Fantasia de Vilassar de Mar (Barcelona) y que cuenta con
la participación de Salvador Beltrán, Juan Magan, Los del Río,
Rosa López, Merche, Joana Jimenez, Bustamante, India Martinez, Andy
& Lucas, Melocos, El Arrebato, Pastora Soler y otros, viene
batiendo desde hace años records de asistencia, con ediciones en las
que se han llegado a reunir cerca de setecientas mil personas.
Sea o no más que una impresión sacada de
mi experiencia como televidente y radioyente, creo que
no se puede afirmar que artistas como los citados por Lenore y
Hernández sean despreciados por los medios de masas. Lo son, sí, por
medios especializados - medios que a su vez son ignorados por las
masas -, pero es que no los necesitan para su supervivencia, a la vista
está.
(ir a la segunda parte)
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